El pasado 27 de abril se casaron María y Pablo. Los conocimos, como invitados, en una boda del año pasado. Nosotros les gustamos y ellos nos enamoraron. Con esos antecedentes, ya lo sospechábamos, en cuanto entramos en las casas donde se prepararon nos dimos cuenta de que iba a ser una boda diferente. ¡Y muy divertida!
Todo fue fácil con los novios desde el minuto uno. Nada de nervios, fuera tensión; solo sonrisas, amabilidad y amor, mucho amor.
Tuvimos muchísima suerte y María pudo lucir el maravilloso vestido que le hizo María Terrero con el mejor día posible. El que se merecían la pareja y sus invitados.
Los detalles del vestido y el tocado de la novia llevaban la firma de Ana Martín, artesana de Priego de Córdoba.
Toda la boda se celebró en el Complejo Vergilia, en Cabra de Santo Cristo, Jaén. Por muchas razones nos gustan Jaén y su gente. Esta boda confirmó todo lo bueno que ya sabíamos de aquella tierra.
En El Jardín del Carmen, de Huelma, le prepararon a María este magnífico ramo.
Fue una boda con muchas sonrisas. Y también con algunas lágrimas. Como debe ser. Novios, invitados y fotógrafos fuimos con facilidad de la risa al llanto. ¡Nos encanta!
Lo que no hicimos nosotros fue bailar, imaginaos qué fotos nos habrían salido. Para eso estaba el grupo D’Raza Flamenco. ¡Qué arte!
Los cócteles de todas las bodas están siempre bien surtidos pero podemos prometer que tal cantidad de cervezas distintas no las habíamos visto jamás. Algunos disfrutaron de lo lindo con esa bañera.
Si tenemos que elegir una foto de la boda posiblemente sería esta (la de abajo, aunque la de arriba también nos gusta). Cuánta paz, qué alegría. ¡Amor!
Amor que María y Pablo comparten con la pequeña Rima.
Llegó la hora de brindar, de comer, beber y volver a bailar. También, claro, de la tarta. María le regaló a Pablo una «delicada» herramienta para cortarla. El hacha de Gimli, uno de los enanos del Señor de los Anillos. Él, como un niño con zapatos nuevos.
El baile, entre bengalas, no pudo salir mejor. ¿Creéis que la mirada de María necesita traducción?
Después, ¡empezó la fiesta!
Antes de irnos, como siempre, proyectamos nuestro SDE (Same Day Edit, el vídeo con las fotos de la boda), que les hizo, a partes iguales llorar…
…y reír. De eso se trata.
Por si os apetece disfrutarlo, aquí lo tenéis.